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Cinco gestos evangelizadores de un Cura en "La Voz"


Cuando el padre Damián apareció por primera vez en el plató de La Voz, ni el público, ni el jurado, ni los telespectadores del programa daban crédito a lo que veían. Un joven, vestido de cura, alegre, natural, con la camisa por fuera y con un corazón en la solapa estaba sobre el escenario cantando Angels, de Robbie Williams. 

Pero sorpresa no es lo único que ha generado este joven sacerdote redentorista, que con su actitud y sus gestos ha conseguido colocar el mensaje de Jesús en un lugar en el que no es muy frecuente escucharlo: la televisión. Y lo ha hecho a través de gestos como éstos…

1.Ir vestido de cura
Que el padre Damián participara en el programa vestido de sacerdote causó asombro y atrajo las miradas del jurado y de millones de telespectadores. Basta mirar la cara de sorpresa de los miembros del jurado cuando, en la audición previa, se encontraron con un joven sonriente y con clerygman. 

Un cura en un programa de canto, sorprende, y eso lo ha utilizado el padre Damián para dar a conocer el «rostro amable, cercano y normal de la Iglesia», que al final es el rostro amable, cercano y normal de Cristo.

2. Llevar un corazón en la solapa
El sacerdote, además, llevaba un vistoso corazón en el pecho. Quizás sea un gesto poco significativo, pero ese pequeño detalle le daba pie para hablar del amor de Dios, y hacerlo en la televisión ante una audiencia de más de 4 millones de personas.

3. Una perpetua sonrisa en la cara 
Otro de los gestos con los que el sacerdote ha cautivado a los telespectadores es su eterna sonrisa. El alzacuellos y la sonrisa han sido, durante todo el programa, un tándem que no ha dejado indiferente a nadie y que ha logrado eliminar muchos prejuicios.

«Mira su sonrisa, su cara; le da calma a todos, a mí me da una sensación de calma increíble y de dicha que muy poca gente pueden transmitir», aseguró la artista internacional Laura Pausini.

4. Halagos a sus contrincantes
Siempre que el padre Damián aparecía en pantalla, era raro no verle alabar a sus compañeros. Daba igual que se proclamase campeón o que hubiera perdido la batalla, el sacerdote siempre hablaba bien de todos, y eso no dejaba indiferente a nadie. 

«Las palabras suyas al final, después de ganar, creo que dicen mucho de él. Es muy bonito cómo se ha comportado y cómo se ha despedido de todos», aseguró Antonio Orozco, después de escuchar las palabras del padre Damián sobre su contrincante. 

Instantes antes, el redentorista había abrazado a su contrincante y le había felicitado: «Este Premio es también tuyo. La canción no sólo es para uno, era para un dúo, has cantado conmigo y, por lo tanto, este Premio también es tuyo», le dijo el sacerdote a Toni.

5. Actitud abierta
«Soy una persona muy normal. Cuando surgen conversaciones en la que mis compañeros pueden tener un tono divertido hacia la figura del sacerdote, yo me lo tomo con humor. No me siento ofendido y eso les agrada. Entienden que soy normal y que se puede hablar conmigo. Y eso ha provocado muchísimos buenos momentos detrás de las cámaras. Y muchísimas conversaciones serias y profundas, de gente, por ejemplo, del equipo de producción, que se ha planteado cosas, y eso es bonito», explica el padre Damián María a Alfa y Omega.


Con información de : Religión En Libertad

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