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Asume los retos: ¡No te detengas! ¡No te desanimes!



Tú eres una persona valiosa, no debes permitir que los obstáculos que a veces te invaden pongan fin a tu camino, afronta cada situación pensando que es un nuevo reto que Dios te ha permitido tener, para que de ella saques lo mejor de ti y puedas darte cuenta de las capacidades con las que Dios te ha dotado.

Por ningún motivo dejes cosas sin terminar, la meta sigue estando allí, esperando que llegues a disfrutar tu recompensa, no te duermas ni te hagas de la vista gorda. ¡Enfréntalas!, por muy duro que sea la prueba, debes tener el valor de pararte firme y decir: “aquí estoy, dispuesto a seguir intentándolo”.

Te invito a luchar por ese sueño que Dios puso en tu corazón. Aunque no lo sepas, allí lo tienes sembrado por Él, y lo riega constantemente a través de sus inspiraciones que a diario recibes. ¡No te detengas!, ¡No te desanimes!, ¡Lucha por ellos!, ¡Jesús te acompaña! Sin importar lo que suceda, todo tiene una solución, eres vasija nueva de Dios, confía, aunque creas que ya haya transcurrido mucho tiempo. Que tu fe sea la clave que derrumbe todos los muros que has construido con tu temor, abriendo así, un mundo de posibilidades que antes no estaban a la vista!


Hoy Dios te dice:

“Si el Señor no me hubiera ayudado, ya estaría habitando en la región del silencio. Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene; cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría” (Salmo 94,17-19)

¡Confía! en el Señor tu Dios. Confía en que Él actúa poderosamente en tu vida, te conforta y te alienta a seguir adelante.


Oración

Padre amado, te alabo en todo momento porque sé que cada día abres tu inagotable lluvia de bendiciones a todos los que a Ti acuden confiados. Sales siempre en mi auxilio y me haces vivir tranquilo.

Te doy gracias por toda la belleza que colocaste en la creación. En cada rincón de este mundo está reflejado tu magnificencia, la colocas por doquier para que de ella me inunde y te recuerde.

Quiero recibir de Ti esa fuerza y ánimo para estar alegre, siempre dispuesto a luchar contra todas las adversidades.

Quiero vivir en la serenidad de tus palabras aún en medio de la angustia. Quiero ser testigo de tu poder, que mi fe se vea fortalecida y que me abra puertas hacia unas maravillas jamás vistas. Dame vida en abundancia. Quiero vivir según tu amor y tu justicia.

Gracias porque con tus Palabras, sanas mi mente y espíritu y me levantas en victoria ante aquellas circunstancias y problemas en las que yo me veo derrotado. Me conoces y me amas. En Ti creo, por eso te alabo y te adoro. Amén.


Con información de Píldoras de Fe

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