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El Santo Triduo Pascual puede cambiar tu vida



Ahora amigo mío, llegan días muy importantes para un cristiano. La Semana Santa es la semana más fuerte de todo el año para nuestra fe, especialmente el Santo Triduo Pascual o también llamado “Santos Oficios”. En esos días ocurre como cuando el Pueblo de Dios fue liberado de la Esclavitud de Egipto que aparece en el libro del Éxodo en el Antiguo Testamento.

Son días Santos donde Jesucristo va a pasar por la vida de cada cristiano para poder salvarnos. Por desgracias muy pocos saben lo que ocurre en estos días.

Hay un libro esencial que se llama “Las horas de la Pasion”, de Luisa Picarretta, donde uno puede seguir hora por hora a Jesucristo e ir metiéndose a lo largo de estos tres días en el Corazón del Señor.

Es muy importante que busques una Iglesia donde puedas vivirlos profundamente, donde haya un buen Sacerdote y tranquilidad para celebrar estos días tan santos. Sé que esto no es fácil, pero merece la pena hacer un sacrificio en estos días que te pueden cambiar la vida.

Me gustaría describirte a grandes rasgos todo lo que vas a poder vivir en estos días en los Santos Oficios. Es tal la profundidad, que no es cosa fácil el poder decírtelo con palabras, esto hay que vivirlo en primera persona.

El Jueves Santo: Este día amigo mío, el altar se cubre de flores muy hermosas, los mejores manteles y candelabros… es un día muy especial. Se celebran cuatro momentos muy importantes: La última cena del Señor donde se instituye el Sacramento de la Eucaristía, la institución del Sacerdocio (Es el día de los sacerdotes), el lavatorio de los pies (Veras que el sacerdote lava los pies a doce hombres) y el momento en el que Jesús va al huerto de los olivos a orar. Verás como en algún lugar de la Iglesia se hace un monumento precioso, repleto de flores y velas… donde se llevará al Señor y allí los cristianos deben ir a estar con Él al menos una hora cada uno. Ya nos lo dijo el Señor: “¿Acaso no podéis velar conmigo por lo menos una hora?”. Las Iglesias están abiertas hasta ya entrada la noche. El Señor permanecerá en el monumento hasta el Viernes.

A mi me enseñaron a que en ese día en el almuerzo debemos de comer algo de cordero y hiervas amargas (Endivias) recordando la primera parte de la ultima cena de Jesús como es costumbre en la pascua judía. Son pequeños detalles que te ayudan a vivir estos grandes momentos.

El Viernes Santo: Este día debe sobrecoger el corazón de todos los cristianos. El tiempo parece estar impregnado del espíritu de la liturgia, recuerdo desde niño que siempre suele estar nublado, con viento… Cuando uno llega a la Iglesia todo está a oscuras; los altares están sin manteles ni candelabros, las cruces y los santos cubiertos con telas. Solo el monumento permanece iluminado con algunas velas, ya que allí está el Señor. Ese día no pueden repicar las campanas. Los Cristianos estamos en ayuno.

Cuando llegues a la Iglesia veras cómo el Sacerdote entra vestido de rojo, color del martirio y de la Sangre de Cristo. Entrará en silencio y recogido. Y verás cómo se postra rostro en tierra pidiendo perdón por los pecados del pueblo. Ese día la liturguia es muy tenue pero de una profundidad increíble. Se proclamará la Pasión del Señor completa.  Llegará un momento donde el sacerdote cogerá un crucifijo grande tapado con una tela, lo alzará cantando una preciosa antífona que dice: “Este es el árbol de la Cruz donde fue clavado el que es la Salvación del mundo”. Todos pasarán y se arrodillaran frente a la Cruz y besarán al Cristo, y dejarán una limosna en una bandeja. Es la colecta para la custodia de los lugares santos en tierra Santa. Este día no hay Consagración, no hay Misa. Por ello el Sacerdote irá al monumento a por el Señor y dará la comunión a los fieles. Es el único día de todo el año donde el Sagrario permanece con las velas apagadas y la puerta abierta. El único día que el Señor no está en el Sagrario, en ningún Sagrario. Es muy fuerte, es un día que cala en las venas. Es el día de la tragedia: el ser humano mata al Hijo de Dios. Y al mismo tiempo es el día de la redención, donde Cristo nos ama hasta el extremo. El Sacerdote dará una bendición sobre el pueblo y se marchará sin decir podéis ir en Paz. Es un día para el recogimiento. Los cristianos deben orar frente a la Cruz. Pidiendo perdón por los pecados y contemplando la Pasión o el Via Crucis.

El Sábado Santo por la mañana los cristianos van a visitar a su Santísima Madre la Virgen María en su Soledad. Te animo a que vayas a  alguna iglesia tranquila, donde frente a alguna imagen de la Virgen llorando reces el Santo Rosario.

Cuando llegue el atardecer el corazón del cristiano comienza a tener un palpito lleno de Esperanza, y a eso de media noche, sobre las once y media o doce, los cristianos regresan a la Iglesia, donde en el pórtico debe haber una gran hoguera encendida. Es la noche de las noches, donde Celebramos la Resurrección del Señor. El Sacerdote saldrá con un gran cirio de casi un metro de largo y muy ancho. Bendecirá el fuego, marcará el cirio con las señales de la pasión, punzando el cirio por cinco veces, como las llagas del Señor. Ese cirio representa a Cristo resucitado.  Los fieles encenderán velas de ese cirio y todos juntos entonarán un canto “Cristo es la Luz” e irán entrando tras el Sacerdote a la Iglesia que permanece a oscuras. Una vez en la Iglesia, junto a una pequeña luz se proclamará  el pregón pascual, es decir, un canto al estilo judío donde el sacerdote o otra persona proclamará  el gran regalo que Dios ha hecho con nosotros, un regalo muchísimo mayor que cuando se abrió el mar y los israelitas se salvaron.

Cristo nos ha salvado, el cielo se ha abierto para los seres humanos y Cristo es el puente para llegar. Se proclamarán muchas lecturas de la Biblia, cada una con un salmo y antes del Evangelio se entonará el Gloria a Dios en el Cielo… En ese momento se encenderán todas las luces, repicaran las campanas y aparecerá la Iglesia repleta de flores blancas. Es el esplendor de la Resurrección, un gozo muy grande entra en el Corazón, se palpa que Cristo ha Resucitado. Se bendecirá el agua de la pila bautismal y se rociará a todos los fieles con ese agua purificadora. Se celebrará la Santa Misa… Es todo esplendor y gloria para Dios.

Como ves amigo mío, nos espera una gracia muy grande con la Semana Santa, espero que la puedas vivir con gran profundidad.


Padre Francisco Javier Domínguez


Con información de AdelanteLaFe

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