Hoy Conmemoramos a San José de Calasanz [25 de Agosto]
Llamado en religión “(José) de la Madre de Dios”, fundador de los Piaristas (ndt: Escuelas Pías. “Orden de Clérigos Regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías”.), nacido el 11 de septiembre de 1556, en el castillo de Calasanz, en Peralta del la Sal, Aragón (Huesca - España); fallecido el 25 de agosto de 1648 en Roma, este día se celebra su fiesta. Sus padres, Don Pedro Calasanz y Doña María Gastonia, dieron a José, el más joven de siete hijos, una buena educación en casa y en la escuela de Peralta. Después de sus estudios clásicos de humanidades en Estadilla, estudió filosofía y derecho en Lérida y recibió el grado de Doctor en Leyes, y completó con honores sus estudios teológicos en Valencia y Alcalá de Henares. Su madre y hermanos habían muerto, Don Pedro deseaba que José se casara para perpetuar la familia. Dios intervino a través de una enfermedad, en 1582, que llevó rápidamente a José al borde de la tumba. Tras su recuperación fue ordenado sacerdote, el 17 de diciembre de 1583, por Hugo Ambrosio de Moncada, obispo de Urgel. José empezó su labor como sacerdote en la diócesis de Albarracín dónde el obispo De la Figuera lo nombró su teólogo y confesor, examinador del sínodo y procurador y, cuando el obispo fue transferido a Lérida, su teólogo lo siguió a la nueva diócesis. En 1586, de la Figuera fue enviado, como visitador apostólico, a la Abadía de Montserrat y José le acompañó como secretario. El obispo murió el año siguiente y José marchó, pero fue urgentemente requerido para que permaneciera. Solo se regresó con apremio a Calasanz para estar presente en la muerte de su padre. Entonces fue llamado por su obispo de Urgel para actuar como vicario-general en el distrito de Tremp. En 1592 se embarcó para Roma, dónde encontró un protector en el cardenal Marco Antonio Colonna que lo eligió como su teólogo e instructor de su sobrino. Roma ofrecía un campo espléndido para los trabajos de caridad, sobre todo para la instrucción de niños abandonados y sin casa ni hogar, muchos de los cuales había perdido a sus padres. José congregó una Confraternidad de Doctrina Cristiana y recogió a los muchachos y muchachas de las calles y los llevó a la escuela. Los maestros, pobremente pagados, se negaron a aceptar trabajo adicional sin remuneración. El párroco de Santa Dorotea, Antonio Brendani, le ofreció dos habitaciones y prometió ayudarle en la enseñanza y, cuando otros dos sacerdotes prometieron una ayuda similar, José, en noviembre de 1597, abrió la primera escuela pública gratuita en Europa. El Papa Clemente VIII dio una contribución anual y muchos otros compartieron la buena obra, para que en poco tiempo José tuviera aproximadamente mil niños bajo su cargo. En 1602 alquiló una casa en San Andrés del Valle y comenzó una vida de comunidad con sus ayudantes e inició la fundación de la Orden de las Escuelas Pías. Mucha envidia y oposición se levantaron contra él y su nuevo instituto, pero todas fueron superadas a tiempo. En 1612 la escuela fue trasladada al palacio Torres, adjunto a San Pantaleón. Aquí José pasó los restantes años de su vida dedicado a su vocación. Vivió y murió como un fiel hijo de la iglesia, un verdadero amigo de los niños desamparados. Su cuerpo descansa en San Pantaleón. Fue solemnemente beatificado el 7 de agosto de 1748, y canonizado por Clemente XIII, el 16 de julio de 1767. (ndt: el 13 de agosto de 1948 el papa Pío XII lo proclamó patrono de las Escuelas Populares Cristianas del mundo. Para más información visite: www.escolapios.es)
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